En lugar de tratar de describir la evasión de proceso de una manera técnica, permítanme compartir una de mis propias experiencias de evasión de proceso como una forma más fácil de ilustrar esta conducta psicológica adictiva.
Hace muchos años me quedó claro que mi mamá necesitaba ser cambiada de su apartamento a alguna unidad de cuidados. Fui afortunado en encontrar una que respondiera a mi presupuesto y mi mamá ciertamente estaba bien atendida. Sin embargo, la lucha interna personal detonada por esa experiencia me guiaba por un camino a través de aspectos desconocidos de mi experiencia que en ese momento difícilmente sabía que existieran.
Después de moverla y salir de la unidad de cuidados, me sentí incomodo. Esto no fue nada comparado con la culpa que surgió dos o tres semanas más tarde. Finalmente, ya no pude con ella y manejé la gran distancia para visitarla. La culpa cesó por un tiempo, pero pronto había una llamada telefónica o aniversario y el patrón familiar se repetía. Inevitablemente regresaba la culpa. Pronto fue evidente que surgió una secuencia predecible, no para mi, pero para aquellos que me conocían. Algo detonaba los sentimientos de culpa acerca del hecho de que mi mamá estaba sola en la institución y mi respuesta para poder aliviar la culpa, sería manejar las 300 millas viaje redondo para visitarla.
Nunca me tomé el tiempo de sentarme con mi culpa, preguntarme por ella o escucharla. Sencillamente "reaccionaba". CULPA = visita a mamá. De hecho, pronto me volví adicto a visitar a mamá como una forma de manejar mi culpa. Algunas personas utilizan el trabajo, alcohol, o droga para anestesiar tales sentimientos. Otros tienen tal necesidad de complacer, que caen en todo tipo de conductas adictivas como una forma de suavizar el dolor interno, la inseguridad y la confusión.
Es claro que la dirección hacia una sensación sentida siempre es hacia y a través del sentimiento, nunca en dirección contraria. Pero para mi, cada vez que me sentí culpable me movía en la dirección opuesta, tratando de "lidiar con el sentimiento", visitando a mi mamá. Me brincaba el punto de entrada a mi propio proceso.
Literalmente me volvía adicto a visitar a mi mamá como una forma de controlar el sentimiento de culpa. Substituía esta actividad en lugar de entrar a través de la emoción hacia la sensación sentida total y permitir que se desarrollara contando la historia.
Justo en el umbral de la culpa tomaba una dirección que hacía inevitable una forma de adicción. Substituía visitar a mi mamá en lugar de estar en contacto con cómo mi cuerpo llevaba los sentimientos incómodos que nadie me había enseñado a acompañar cuando niño. La adicción psicológica involucra la "substitución" de una conducta, sentimiento o actitud por otra, en lugar de ser congruente con y "procesar" lo que es real, permitiéndole que se desenvuelva y cuente su historia para que la sensación del cuerpo pueda ser llevada de una manera diferente.
Las personas hacen esta misma trágica elección todos los días de su vida en situaciones mucho más complejas que el sencillo ejemplo que estoy compartiendo, pero el proceso psicológico permanece el mismo. Buscamos controlar al "sentimiento malo", hacer que se vaya, o substituirlo por algo mejor en su lugar. Al hacer esto, sin embargo, caemos presas del mismo mecanismo psicológico de escape en el que hemos caído o tal vez elegido deliberadamente. Pronto se vuelve nuestro carcelero, fijando un patrón adictivo en su lugar. Nos convertimos en su esclavo.
Podemos ponerle nombre a ese patrón. Es una "Estructura de Evasión de Proceso". El nombre, por supuesto, nunca puede ayudarnos a cambiar, pero la comprensión que nos da, nos alerta acerca de hacia donde mirar en la experiencia, para detectar nuestras propias estructuras de evasión de proceso.
Las estructuras de evasión de proceso no son sólo cosas obvias como las drogas y el alcohol, el sexo, trabajo o complacer a los demás. La oración, meditación, trabajo voluntario, o cualquier cosa que pueda ser substituida por asumir congruentemente lo que es real en nuestro interior, contiene el potencial negativo de contribuir a formar un patrón adictivo de evasión de proceso.
Desarrollar el habito de notar y nutrir nuestros sentimientos importantes nos enseña una manera especial de estar "en" nuestra culpa, o cualquier otro sentimiento que necesite ser escuchado sin tratar de componerlo. Permite tiempo sólo para estar en silencio en cómo se siente eso en el cuerpo, ahora. Cómo lo llevo en las sensaciones, emociones y sensación corporal sentida que están debajo de cada aspecto de la conciencia.
Si permanecemos con esta resonancia no verbal en nuestros cuerpos el tiempo suficiente sin tratar de darle un sentido cognitivo, tarde o temprano nos hablará y se simbolizará, con frecuencia de manera sorprendente. Surgirá una palabra, una imagen, un recuerdo saldrá a la superficie, tal vez lágrimas o una risita encantada con sentido del humor por la seriedad de todo el asunto. Cuando se da la conexión, cuando el símbolo queda a la medida, algo en tu interior dice, "Si", y se afloja la tensión en nuestro cuerpo.
A partir de este momento, el modo sentido en el que llevas ese asunto será diferente, nunca será igual. Tal vez tengas que dar más pasos. Habrá otros aspectos del asunto que necesiten ser escuchados. Pero tu cuerpo ha recibido la gracia de empezar a aflojar, soltar. El hielo ha empezado a derretirse y se ha abierto una grieta. Los trozos de hielo empiezan a flotar nuevamente. Empieza a haber movimiento y el significado empieza a desarrollarse.
Lo que se convierte en muy doloroso para cada uno de nosotros es la sensación de estar bloqueado todo el tiempo. Allí es donde se da el agotamiento y el quebranto, pero si hay alguna sensación en tu cuerpo de que hay movimiento, cualquier movimiento en el sentir de un asunto, vuelve a surgir la esperanza. Es increíble con cuantos asuntos inconclusos podemos vivir cuando tenemos la sensación de que se está "en camino".
Definitivamente sentí esto en mi propia culpa. Cuando finalmente tomé el tiempo para crear una presencia atenta e interesada en torno a este sentimiento negativo y no sólo reaccionar adictivamente, se empezó a expresar mi historia incompleta. Había un profundo enojo y resentimiento acerca de asuntos inconclusos de mi infancia. La separación debido a la guerra y enfermedad sobre los cuales mis padres no tenían ningún control, pero sobre los que yo seguía sintiendo estas ausencias y dolor. Seguía llevando los resentimientos profundamente en mi interior, Mi mente había llegado a sus explicaciones adultas, pero la historia no escuchada de mi cuerpo seguía teniendo siete años.
El proceso que describimos en este sitio web nos enseña cómo estar con los sentimientos importantes y sensaciones sentidas de tal modo que les permita crecer, cambiar y desarrollarse para que nuestro cuerpo pueda llevar estas experiencias de un modo diferente.
Aprendí una fuerte lección acerca de esto una noche cuando salí a dar un paseo tranquilo y noté una pequeña pelota junto al camino. La levanté y continué mi camino lanzando y cachando la pelota. Me di cuenta de que raramente había tomado el tiempo para este pequeño placer desde la infancia.
Con frecuencia la lanzaba mal y tenía que correr un poco para cachar la pelota. En ese momento me di cuenta de algo; un patrón consistente. Al lanzar la pelota y esta caer hacia mi, la seguía hasta que estaba muy cerca de mi mano cuando de repente mis ojos se desviaban en el último segundo antes de que la pelota llegara a mis manos. "Mantén la vista en la pelota", surgieron estas palabras de cuando jugaba béisbol en la primaria, sólo que esta vez si las escuché.
Los siguientes meses estuve muy conciente de disciplinarme y mantener la vista en la pelota hasta que llegaba a mi mano. Tenía una sensación distinta cuando mis ojos se desviaban, había una sensación de titubeo, como si la evitara. En cambio cuando seguía la pelota hasta mi mano, notaba algo nuevo, que nunca había hecho ni sentido.
Entonces caí en uno de esos momentos preciosos de reverencia en el que las cosas empezaron a caer en su lugar y mi experiencia tomó un significado mucho más importante de lo que parecía en este pasatiempo sin importancia. No sólo me reveló mucho acerca de mi mismo, me dio una nueva perspectiva sobre el trabajo de mi vida.
La mayor parte de la gente sabe que tiene sentimientos. Lo que no sabe es como seguirlos hasta su cuerpo cuando necesitan cambiar. Así como mis ojos seguían la pelota, la mayoría de nosotros nos desviamos en el último momento, sin experimentar la nueva sensación que surge cuando tales sentimientos cambian y se desarrollan desde adentro.
Notar y nutrir tus sentimientos importantes es una manera simple y fácil de aprender que te puede ayudar a seguir un sentimiento hasta tu cuerpo. La diferencia que sentí fue notable. Al visitar compulsivamente el centro de cuidados, invariablemente lo hacía para quitarme al "chango de la culpa" de mis espaldas. Cumplía un deber, pero rara vez estaba presente para mi mamá con esa comunicación más profunda y compartir que surgen cuando hay verdadera compañía.
Estoy seguro que mamá sentía esto de alguna manera. Sin embargo, en la medida en que me di tiempo y empecé a permitir que la culpa se expresara, encontré que mamá y yo nos estábamos haciendo amigos. Compartíamos mucho, teníamos mucho en común, y ambos teníamos la gracia de un mismo sentido del humor. Fue un gran don para mi y esperaba las visitas con ella desde un punto más sano en mi interior.
Hace muchos años con frecuencia la gente se moría de algo llamado "consumación". Era una palabra atemorizante que incluía lo que ahora sabemos que podía ser desde cáncer hasta tuberculosis. Dado el limitado conocimiento de entonces, una palabra se usaba para incluir una gran cantidad de males.
Enfrentamos una situación muy similar hoy con nuestra muy limitada distinción tradicional entre "pensamiento" y "emoción". "Emoción" es una palabra muy parecida a "consumación". Es un título genérico para el bullicioso mundo del conocimiento corporal que apenas empezamos a comprender. La persona promedio puede diferenciar entre las sensaciones físicas. Por ejemplo, palmas de las manos sudorosas, mareos y palpitaciones; de las emociones como enojo, soledad y amor. Pero hasta allí llega nuestra habilidad cotidiana para diferenciar. Cuando menos, hasta que apareció Eugene Gendlin a abrirnos el mundo de "la sensación sentida".
"Una sensación sentida" no es sólo una emoción. Miedo, enojo, gozo, tristeza; estas son emociones. Una sensación sentida es diferente. Es global y difusa. Incluye más que la emoción; muchas cosas, la mayoría de las cuales no conocemos claramente. Es una cualidad corporal. Por ejemplo, pesada, pegajosa, temblorosa, aletear, apretada. Al principio no tiene una etiqueta que le quede.
Permítanme mostrar la diferencia entre emoción y sensación sentida. El enojo es una emoción. Cuando estás enojado, lo puedes reconocer. No hay dudas, nada es vago: estás enojado (a). Pero si te relajas un poco, puedes sentir: "Hay más involucrado en todo esto." Por ejemplo, puedes sentir una cualidad apresurada, sin respiración, la sensación de que quisieras quedarte enojado (a), no quieres detenerte y ver que tal vez estás un poco equivocado (a). Esa sensación incómoda no tiene nombre. ¿En donde la puedes encontrar? Debajo del enojo, en él, alrededor de él, en la orilla del enojo. Las palabras como en la orilla no lo describen literalmente.
Puedes sentir que tiene vida propia si tratas de convencerte de dejar de estar así. Se resistirá. Si dices algo acerca de él, y después vuelves a la sensación sentida, puedes sentir que lo que dijiste está mal. Sin embargo no sabes qué estaría correcto decir. No puedes controlar cuando se abre. Algo surge cuando se abre, o tal vez accidentalmente pensaste algo correcto y se abre como respuesta.
Una sensación sentida indiscutiblemente tiene sentido y sin embargo, no sabemos cual es. En contraste, conocemos las emociones cuando las sentimos." (Eugene Gendlin. Focusing).
Gendlin ha profundizado más en el mundo del conocimiento corporal y nos ha ayudado a darnos cuenta de que en cada emoción existe una sensación corporal más amplia que él llamó sensación sentida. No tenemos palabras o conceptos fáciles para describir este poco reconocido aspecto del conocimiento corporal. Es más como el sentido corporal de "todo acerca de esta relación" sin entrar en detalles o especificidades.
Si te detienes por un momento para reflexionar sobre la experiencia de alguien a quien amas, puedes notar que tu sentido corporal de ellos puede ser tanto cálido y amoroso como irritante y molesto. Tu conocimiento corporal de alguien a quien amas es bastante complejo, pero tu cuerpo sostiene simultáneamente todas tus otras dimensiones de "sentir" acerca de esta relación.
¿Porqué es esto importante? Bueno pues al igual que resulta útil saber si alguien tiene cáncer o tuberculosis, ayuda también distinguir lo que está pasando en el conocimiento de nuestro cuerpo. Gendlin descubrió que los sentimientos tienen la capacidad de cambiar en el interior de la persona en la medida que él o ella pueda estar en contacto con algo más que la emoción. En una palabra, con su sensación sentida. ¡ El potencial para el cambio y crecimiento está en la sensación sentida, no en la emoción! Si lo único que haces es sentir y volver a sentir tus emociones, sólo giras en círculos y te patinas en ellas. El sólo sentir una emoción dolorosa una y otra vez no proporciona absolutamente ninguna garantía de que cambiará a algo mejor.
Tener la capacidad de estar en contacto con una sensación sentida de una manera que le permita desarrollarse y contar su historia, es la llave para cualquier movimiento de avance perdurable en las emociones que se conectan. Notar y nutrir tus sentimientos importantes es el punto de partida de este proceso interno. Gendlin merece un gran crédito por descubrir la sensación sentida. Pero igual de importante, también encontró que tenemos nuestro modo único y altamente desarrollado de permanecer fuera de contacto con este aspecto vital del conocimiento de nuestro cuerpo ¡nuestras propias historias para evadir procesos!
El Instituto y sus miembros no enseñan el hábito de notar y nutrir los sentimientos importantes como substituto para la psicoterapia profesional o atención psiquiátrica para aquellos que la necesitan, ni como substituto de entrenamiento y licencia en los campos de la salud antes mencionados.