Presencia cálida

Aprendiendo a cuidar sentimientos que usualmente alejamos.

1. Introducción

Esta página es para ofrecerte una alternativa al hábito de alejar tus sentimientos difíciles. Cada uno de nosotros construye “conexiones corporales de esperanza en nosotros y en los niños”, es encontrar una nueva forma de como nos relacionamos con nuestros sentimientos difíciles. Es aprender a estar con tus sentimientos de una manera más abierta, cuidadosa y aceptante en tu cuerpo.

Para avanzar en nuestras vidas, debemos aprender a revertir lo que puede ser un viejo patrón de relacionarnos con esta parte más negativa de nosotros. El reto es reconocer que estos sentimientos frecuentemente antiguos y difíciles que tratamos como enemigos, son de hecho, tanto amigos como maestros. Investigaciones psicológicas, así como el sentido común, nos dicen que no podemos llegar a ser íntegros internamente, en medio de esas furiosas guerras que creamos frecuentemente en nuestro interior.

Cómo cambiar un viejo hábito, así como desarrollar una nueva manera de relacionarnos, es el tema ante nosotros.

El tema central, para aprender a desarrollar un hábito nuevo de cuidar nuestros sentimientos difíciles, es encontrar una manera nueva de decir con nuestro cuerpo y no sólo con palabras e intenciones: ¡No estás solo! ¡Estoy aquí! ¡Me importas! ¡Estoy escuchando cuando quieras contarme tu historia!

Así que ¡comencemos!

2. Una lección de caminar en la lluvia

¿Alguna vez has estado fuera caminando sin un paraguas y comienza a llover? Si no hay un resguardo cerca, ¿reconoces el sentimiento de jalar tu saco alrededor de tu cuello, caminando más de prisa, tal vez arrugando tu cara y un poco haciendo el bizco? ¿Has sentido alguna vez tensarse tu cuerpo, como si al tensar tus músculos pudieras de alguna manera quitarte mejor el agua? Tratas de mantener la lluvia y todo lo mojado fuera de ti.

Lleva esta experiencia un poco más lejos. ¿Te ha atrapado alguna vez un aguacero donde no había escapatoria? Al principio trataste de mantenerte seco, luchando por no mojarte. Pero pronto, esto no tuvo caso. Podías sentir el agua entrando por tu cuello. Tus zapatos parecían lanchas. Eventualmente todo acabó empapado.

En ese momento, ¿te dijiste alguna vez, bueno, ¡qué importa! y deliberadamente dejaste de luchar por mantenerte seco? ¿Puedes recordar cómo se sentía simplemente caminar bajo la lluvia sin cuidar de mojarte?

Hay una lección que aprender de esto. Tu cuerpo es de hecho un maestro maravilloso, si sabes cómo aprender de él. El asunto aquí es algo mucho más que caminar tenso o relajado bajo la lluvia. ¡Para algunos de nosotros llueve en nuestro interior 24 horas al día! Estamos corriendo tensos “en nuestro interior” con asuntos dolorosos que sostenemos en nuestros brazos o que fervientemente tratamos de controlar. Nuestros cuerpos están crónicamente tensos acerca de ciertas relaciones, situaciones, asuntos y circunstancias.

Pero lo sorprendente es que tu cuerpo ya sabe cómo NO estar tenso alrededor de todo aquello que está entre tú y sentirte BIEN dentro de ti. Sabe esto tan bien, como sabe caminar bajo la lluvia sin tensarse.

Pero ¿cómo te puedes hacer de semejante conocimiento? ¿Cómo abres una puerta para encontrar tu camino hacia este nuevo mundo interior?

La primera parte de una respuesta muy corta es darte cuenta que “No puedes PENSAR el camino hacia tu cuerpo”. El Dr. Eugene Gendlin lo expresa de esta otra manera:

“Saber no es el proceso de cambiar”

La información nunca es suficiente para unir la brecha, el vacío de realmente estar “en” la experiencia del “saber” de tu cuerpo. ¡El cambio que buscas no reside en que tu mente piense diferente sobre tus asuntos, sino en permitirle a tu cuerpo enseñarte cómo llevarlos interiormente de una forma diferente!

Para iniciar un camino hacia este tipo de transformación, debes emprender un viaje extremadamente personal, una conquista interior en busca de algún maestro dentro del saber de tu cuerpo.

3. Explorando la relación contigo mismo

Comencemos con un pequeño ejercicio para ayudarte a reunir un trozo de información básica acerca de ti mismo (a). Permítete un momento de quietud para obtener alguna retroalimentación de tu propia experiencia, respondiendo a la siguiente pregunta:

¿Cuál es el patrón que usualmente utilizo para relacionarme con mis sentimientos de dolor, miedo, enojo o confusión?

¿Qué es lo que generalmente hago cuando estos sentimientos emergen?

Siéntate y ponte en contacto con lo que probablemente es un hábito de conducta algo consistente. No leas más hasta que estés satisfecho que lo que hayas identificado se sienta que ha dado en el blanco.

Cuando estés listo (a), continúa leyendo.

Cada uno de nosotros usualmente desarrolla un patrón para adormecer nuestros sentimientos difíciles, alejándolos, o de alguna manera distrayéndonos de ellos y negándolos. Todos hemos elegido formas de hacer esto – bebiendo alcohol, yendo hacia el refrigerador o la caja de dulces, drogas, compras, limpieza, o tratando de tener más control sobre algo o alguien.

Damos rienda suelta al parloteo, a hablar por teléfono, más sexo, hacer más dinero, trabajar demasiado, etc. Eugene Gendlin llama a estas estrategias abortivas “evasión de proceso”.

Nos alejan de un importante proceso interior que necesita desenvolverse, antes que los sentimientos difíciles se puedan resolver en nuestro interior.

Antes de explorar una manera diferente de estar con estos sentimientos, tomemos un momento para aprender más acerca de la “evasión de proceso”.