El Instituto

El Instituto para la Investigación Bioespiritual es una red internacional no lucrativa, sostenida por sus miembros, que no está afiliada a ningún interés político, comercial o religioso.

Lo que une esta organización es la convicción creciente de que la humanidad nunca va a avanzar en su búsqueda de paz global y el cuidado responsable de nuestro planeta, hasta que descubramos una sencilla “práctica espiritual” para la vida diaria cimentada en el cuerpo. Una práctica que gradualmente revela el don sagrado de toda vida y nuestra unión con todo lo que existe.

La verdadera solidaridad humana yace en la profunda y unificante experiencia en el cuerpo, sin importar interpretación histórica o religiosa, o tradición cultural en el seno de la cual puede o no existir esta práctica. El “hábito”> de la sensación sentida está disponible a todos los seres humanos si no están condicionados a bloquear su desarrollo.

Cuando Saul Bellow recibió el Premio Nobel de Literatura, habló cálidamente del sentido que Joseph Conrad tiene de tal experiencia. Conrad una vez escribió, “...debemos encontrar la dimensión de don en nuestro ser, buscándolo bajo los destrozos de muchos sistemas...” El Instituto fue fundado para ayudar a descubrir este siguiente paso educativo en la evolución humana, al buscar una práctica corporal sencilla que trascendiera las diversas culturas y pueda formar el fundamento para la paz en los cuerpos de personas comunes alrededor del globo.

Formando Niños Llenos de Paz

Hace más de cuarenta años, Abraham Maslow retó a los psicólogos jóvenes a dedicar su vida a investigar el origen de la violencia humana. Como psicólogos de la religión, nosotros sentíamos que la impotencia de la religión como detractora efectiva de la creciente violencia que nos rodeaba era profundamente inquietante. El llamado de Maslow se convirtió en parte integral de nuestras vidas e investigación.

Siempre estaba presente cuando diseñábamos y evaluábamos los cientos de talleres que dimos a grupos, nuestros años como psicoterapeutas, consejeros, educadores, investigadores de doctorado, y en los experimentos que hemos realizado en nuestro propio crecimiento personal y el desarrollo de la Bioespiritualidad.

Después de todos estos años, la conclusión a la que hemos llegado es que el origen de casi toda la violencia, de casi toda la conducta destructiva; tal vez de toda, está en la ausencia de un conocimiento cimentado en el cuerpo para cuidar de nuestros sentimientos, especialmente nuestros miedos y lágrimas. En otras palabras, el no haber sido enseñados en la infancia lo que ahora llamamos “el hábito de darse cuenta y nutrir todos los sentimientos importantes”, especialmente los llamados “negativos”.

Nada afecta nuestra conducta más que el modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos. ¡El modo en el que “lidiamos” con esos sentimientos cuando son difíciles es una conducta aprendida! Los niños observan cómo los adultos, especialmente sus padres, tratan a sus sentimientos y después los imitan. Con el tiempo, surgen los hábitos. Estos hábitos pueden llevar o a una mayor salud y plenitud, o a “la evasión de proceso” y la patología.

Cuando utilizamos la palabra “violencia” no sólo nos referimos a conductas físicas obviamente destructivas, sino también a cómo aprendemos a relacionarnos con nuestras propias emociones. Con frecuencia, cuando fuimos niños, experimentamos que los adultos etiquetaban los sentimientos como “buenos” o “malos”, “aceptables” o “no aceptables”. Dependiendo de la etiqueta, nos enseñaban maneras “apropiadas” de “lidiar con” ellos. Aún es difícil encontrar padres que puedan modelar tanto como guiar de manera consistente e inteligente a los niños a que desarrollen un hábito saludable como el que llamamos “notando y nutriendo sentimientos importantes”.

Aprendemos por la investigación intelectual, que alrededor de la edad de seis años, se han establecido los patrones neurológicos de respuesta a los sentimientos y se vuelve cada vez más difícil con la edad, cambiarlos. Una y otra vez, la información que arroja la rehabilitación, identifica ciertos sentimientos que continuamente resurgen en los niños con problemas. Si no hay un hábito positivo establecido para procesar tales sentimientos, pronto los jóvenes empiezan a abusar de la comida, fumar, ingerir drogas, alcohol, comida chatarra, etc. Los sentimientos como “no encajar”, “no pertenecer”, “no ser tan amados por los padres como el hermano o la hermana”, “no ser tan bonita como...”,“no ser tan bueno en los deportes como...”

Es por esto que este sitio web debe ser visto como el mero principio de un desarrollo más grande de recursos, videos, cintas, programas escolares y eclesiales, y grupos de apoyo /entrenamiento para padres, para poder llegar efectivamente a todos los niños con una enseñanza y experiencia esenciales, absolutamente necesarios para su crecimiento sano. No podemos darnos el lujo de no prestar atención a esto por más tiempo, por la salud humana y la creación de un mundo pacífico.

Si de verdad queremos comunidades y familias pacíficas y escuelas sin violencia, entonces tenemos que enseñar a los niños, empezando en el hogar y en preescolar, cómo notar y nutrir todos sus sentimientos importantes para que sus historias internas se puedan desenvolver y ser escuchadas. Si se apoyan continuamente las escuelas y los hogares, y tal vez también los otros grupos sociales formativos en los que participan, por ejemplo scouts, iglesia, deportivos, etc., entonces se pueda establecer un hábito de por vida. Cuando los niños no se sienten bien acerca de sí mismos, necesitan saber cómo cuidar de sí mismos y entre ellos antes de que empiecen a actuar sus sentimientos negativos de maneras destructivas.

Una vez que se establece en sus cerebros el patrón de no atender sus sentimientos y se programa el hábito en sus conductas externas, los cambios se vuelven extremadamente difíciles y costosos. Consumen mucho tiempo, destruyen vidas, generan desesperanza y en el mejor de los casos sólo se tiene poco éxito.

Un hábito encarnado debe ser cambiado por otro igualmente encarnado para que pueda darse algún cambio duradero en la persona. La oportunidad de que esto suceda tiene demasiadas cosas acumuladas en contra. Como dijo muy claramente Lancelot Law Whyte, los valores e ideales externos sencillamente no pueden hacer el trabajo efectivamente, pues no pueden ser internalizados en el cuerpo cuando ya existe un hábito corporal contrario. Así es de que el mejor remedio siempre es la prevención ayudando a los chicos desde muy temprana edad a desarrollar un hábito corporal de “conocer en sus huesos” cómo cuidar todos sus sentimientos.

Del desarrollo temprano de este sencillo hábito de cuidar de nuestros sentimientos, pueden desarrollarse internamente los valores, conductas, salud mental, emocional y comunitaria que todos queremos crear, vivir y heredar a nuestros niños.

Nutriendo Nuestra Espiritualidad

Creemos que el primer paso fundacional hacia el desarrollo de espiritualidades sanas “es el hábito de notar y nutrir los sentimientos importantes.”

Muchas de nuestras decisiones que dañan nuestra vida están ligadas a una desconexión crónica de lo que nuestros cuerpos ya conocen acerca de situaciones, opciones, y juicios importantes. El hábito de notar y nutrir sentimientos importantes facilita nuestra capacidad de conectar internamento  .

Si los padres, maestros y personas que atienden niños les ayudan ha desarrollar el hábito de notar y nutrir sus sentimientos no sólo les habrían dado a los niños un recurso permanente que les permitiera superar los momentos difíciles, sino también los habrían iniciado en un caminar espiritual que continuaría toda su vida.

Esperamos que este sitio web represente cuando menos el comienzo de un cimiento corporal sano sobre el cual la gente común pueda renovar sus preciadas tradiciones religiosas y espirituales, o cuando sea necesario, construir nuevos cimientos que puedan favorecer el crecimiento humano sano, respete el rol del cuerpo en el desarrollo espiritual, y sea lo suficientemente sencillo y práctico para que pueda ser enseñado a los niños en una era de conexiones corporales rotas.

Al desarrollarse este sitio, planeamos compartir nuestra propia integración de lo que para nosotros es una bioespiritualidad cristiana intrínseca. Surge de nuestra tradición Judeo – Cristiana.

Tenemos la esperanza de que cualquier influencia renovadora que pueda tener nuestro esfuerzo dentro de nuestra propia herencia espiritual, sirva también como una invitación para aquellos en otras tradiciones espirituales.

Ejercicio Práctico de Enfoque Bioespiritual

  • •Al concluir esta página, te invitamos a que hagas una pausa por un momento. Cierra tus ojos si te ayuda, permite que tu atención se centre en tu interior.
  • •Date cuenta cómo responde tu cuerpo a lo que acabas de leer.
  • •Da un tiempo para notar y nutrir de una manera abierta y respetuosa lo que tu cuerpo te diga.
  • •Permite que esta experiencia interior se conecte con cualquier cosa que surja espontáneamente en tu interior y se sienta conectada de alguna manera con lo que estás sintiendo.