Después de todos estos años, la conclusión a la que hemos llegado es que el origen de casi toda la violencia, de casi toda la conducta destructiva; tal vez de toda, está en la ausencia de un conocimiento cimentado en el cuerpo para cuidar de nuestros sentimientos, especialmente nuestros miedos y lágrimas. En otras palabras, el no haber sido enseñados en la infancia lo que ahora llamamos “el hábito de darse cuenta y nutrir todos los sentimientos importantes”, especialmente los llamados “negativos”.
Nada afecta nuestra conducta más que el modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos. ¡El modo en el que “lidiamos” con esos sentimientos cuando son difíciles es una conducta aprendida! Los niños observan cómo los adultos, especialmente sus padres, tratan a sus sentimientos y después los imitan. Con el tiempo, surgen los hábitos. Estos hábitos pueden llevar o a una mayor salud y plenitud, o a “la evasión de proceso” y la patología.
Cuando utilizamos la palabra “violencia” no sólo nos referimos a conductas físicas obviamente destructivas, sino también a cómo aprendemos a relacionarnos con nuestras propias emociones. Con frecuencia, cuando fuimos niños, experimentamos que los adultos etiquetaban los sentimientos como “buenos” o “malos”, “aceptables” o “no aceptables”. Dependiendo de la etiqueta, nos enseñaban maneras “apropiadas” de “lidiar con” ellos. Aún es difícil encontrar padres que puedan modelar tanto como guiar de manera consistente e inteligente a los niños a que desarrollen un hábito saludable como el que llamamos “notando y nutriendo sentimientos importantes”.
Aprendemos por la investigación intelectual, que alrededor de la edad de seis años, se han establecido los patrones neurológicos de respuesta a los sentimientos y se vuelve cada vez más difícil con la edad, cambiarlos. Una y otra vez, la información que arroja la rehabilitación, identifica ciertos sentimientos que continuamente resurgen en los niños con problemas. Si no hay un hábito positivo establecido para procesar tales sentimientos, pronto los jóvenes empiezan a abusar de la comida, fumar, ingerir drogas, alcohol, comida chatarra, etc. Los sentimientos como “no encajar”, “no pertenecer”, “no ser tan amados por los padres como el hermano o la hermana”, “no ser tan bonita como...”,“no ser tan bueno en los deportes como...”
Es por esto que este sitio web debe ser visto como el mero principio de un desarrollo más grande de recursos, videos, cintas, programas escolares y eclesiales, y grupos de apoyo /entrenamiento para padres, para poder llegar efectivamente a todos los niños con una enseñanza y experiencia esenciales, absolutamente necesarios para su crecimiento sano. No podemos darnos el lujo de no prestar atención a esto por más tiempo, por la salud humana y la creación de un mundo pacífico.